Sevilla, donderdag, 3 juli 2025.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamamiento a los países para realizar un cambio estratégico audaz en la política de precios de productos nocivos. Mediante el aumento de los precios de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas en al menos un 50% en los próximos diez años, la OMS busca mejorar fundamentalmente la salud pública. Esta radical medida fiscal está dirigida a desalentar el consumo de productos directamente vinculados a enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad. La OMS se basa en éxitos previos con la fiscalidad del tabaco, donde 140 países ya implementaron mayores impuestos y el consumo descendió significativamente. A pesar de la previsible resistencia de la industria, la organización ve la imposición de impuestos como uno de los instrumentos más efectivos para abordar los desafíos de salud social.
Estrategia Fiscal de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el pasado jueves una ambiciosa propuesta para aumentar los precios de productos de tabaco, bebidas alcohólicas y bebidas azucaradas en al menos un 50% en los próximos diez años [1]. Esta iniciativa, denominada ‘3 by 35’, tiene como objetivo generar 1.000 mil millones en ingresos públicos y, al mismo tiempo, mejorar significativamente la salud pública [2].
Factor de Éxito Histórico: Impuestos al Tabaco
La OMS basa su estrategia en éxitos previos con la fiscalidad del tabaco. Entre 2012 y 2022, casi 140 países aumentaron los impuestos sobre productos de tabaco, lo que resultó en un aumento de precios promedio de más del 50% y una disminución mensurable del comportamiento de fumar [3].
Reacciones Internacionales
Varios países ya muestran interés en la propuesta. Vietnam aprobó en junio de 2025 una propuesta para aumentar el impuesto al consumo de alcohol e introducir un gravamen sobre bebidas azucaradas [4]. El Reino Unido inició en abril de 2025 una ronda de consultas sobre una posible extensión del impuesto al azúcar [5].
Resistencia Industrial
Sin embargo, las medidas propuestas encuentran resistencia por parte de la industria. Kate Loatman del Consejo Internacional de Productores de Bebidas sostiene que investigaciones previas no han demostrado la efectividad de tales impuestos [6].