El gigante chino de la moda rápida Shein está estudiando si el regreso de su sede a China podría encarrilar de nuevo su prevista salida a bolsa. Como los intentos de entrar en la bolsa de Londres o Nueva York se han quedado en agua de borrajas, la empresa vuelve a casa con el rabo entre las piernas.
Tercer intento
Al parecer, Shein está en conversaciones con asesores jurídicos para crear un holding chino. Esto es notable porque la empresa es originalmente china, pero estableció su sede en Singapur en 2022, precisamente para facilitar una salida a bolsa en Occidente. Por ahora, parece que sólo se trata de conversaciones exploratorias.
El mes pasado, Shein solicitó una OPV en Hong Kong, pero en un principio parecía que sólo pretendía presionar a la Bolsa de Londres para que reavivara el proceso que se había iniciado allí hace año y medio. En el Reino Unido, al igual que antes en Estados Unidos, Shein ha encontrado una feroz resistencia a sus planes de OPV.
Bajo control chino
Además, como Shein sigue teniendo sus principales cadenas de suministro en China, la empresa permanece bajo la supervisión de la CSRC, organismo chino de vigilancia bursátil. La CSRC tiene que dar luz verde a cualquier OPV internacional, pero ese permiso se le ha denegado sistemáticamente hasta ahora.
Mientras tanto, la valoración de Shein sigue cayendo por la creciente competencia y las presiones geopolíticas. Hace tres años, el gigante de la confección había acumulado una valoración de cien mil millones de dólares (noventa mil millones de euros), pero tras el auge de Temu y las nuevas restricciones comerciales de EE.UU., la valoración cayó a apenas treinta mil millones de dólares (28 mil millones de euros).