La sobriedad de los consumidores y el aumento de los aranceles de importación están poniendo las cosas difíciles al grupo de bebidas Diageo: por ello, su Director General intensificará considerablemente sus planes de ahorro de costes.
Guinness popular
El fabricante de marcas como Baileys, Guinness, Johnnie Walker y Smirnoff acaba de anunciar las cifras preliminares del ejercicio fiscal que finalizó el 30 de junio. A pesar de un ligero crecimiento orgánico de los ingresos del 1,7 %, hasta 20.200 millones de dólares (17.500 millones de euros), el beneficio neto se desplomó casi un 40 % debido a los costes extraordinarios. El beneficio de explotación, excluidos los gastos extraordinarios, cayó algo menos del 0,7 %.
La marca de cerveza irlandesa Guinness está experimentando una creciente popularidad entre las generaciones más jóvenes, en parte gracias a las exitosas campañas en las redes sociales, pero muchas marcas clave de alcohol del grupo están viendo cómo disminuyen sus ventas a medida que la gente sale menos y bebe sin alcohol con más frecuencia. Además, el productor teme el impacto de los nuevos aranceles estadounidenses a la importación: se espera que reduzcan los beneficios de Diageo en 200 millones de dólares (170 millones de euros) al año, cincuenta millones más de lo previsto anteriormente.
El mes pasado, Debra Crew, consejera delegada y miembro del consejo de administración de Diageo, dimitió de su cargo tras la persistencia de unas cifras débiles. El Director General interino, Nik Jhangiani, anuncia ahora amplias medidas de ahorro: en lugar de los 500 millones de dólares previstos inicialmente, el fabricante de bebidas aspira ahora a ahorrar 625 millones de dólares (540 millones de euros) en costes. Ello debería traducirse en un crecimiento de un dígito del beneficio de explotación, sobre todo en el segundo semestre del ejercicio (de enero a junio).