El grupo británico Ocado vio aumentar su EBITDA ajustado un 76 % hasta 91,8 millones de libras (110 millones de euros) en el último semestre, gracias sobre todo a su división tecnológica. Sin embargo, crece la preocupación por la carga de la deuda de la empresa.
Las soluciones tecnológicas impulsan los ingresos y los beneficios
La división de soluciones tecnológicas fue la más rentable de Ocado, duplicando su EBITDA ajustado hasta 72,8 millones de libras (87 millones de euros). Los ingresos totales del grupo aumentaron un 13,2%, hasta 674 millones de libras (800 millones de euros), gracias al crecimiento tanto del segmento tecnológico (+14,9%) como del logístico (+12,1%) y de Ocado Retail (+16,3%).
La carga de la deuda sigue siendo un problema para la empresa británica: los gastos anuales por intereses casi se han cuadruplicado hasta casi 100 millones de libras (120 millones de euros). Para hacer frente a su posición deudora, Ocado refinanció 300 millones de libras (350 millones de euros) en bonos el trimestre pasado, recaudó 100 millones de libras mediante una nueva emisión y abrió una línea de crédito por valor de 112 millones de libras (130 millones de euros). Según la empresa, esto le permite cubrir los reembolsos previstos entre 2025 y 2027 con su actual posición de liquidez.
Mirar al futuro con confianza
El grupo mantiene sus expectativas para el ejercicio 2025, con la máxima prioridad de lograr un flujo de caja positivo a partir de 2026. El consejero delegado, Tim Steiner, se muestra satisfecho con lo que califica de sólido primer semestre y señala «importantes hitos» tanto en el Reino Unido como en el extranjero.
«Nuestra división de soluciones tecnológicas ha más que duplicado el EBITDA y nuestro flujo de caja subyacente ha mejorado significativamente, terminando el periodo con una liquidez superior a los 1.000 millones de libras», cita Retail Gazette al consejero delegado. Al mismo tiempo, subraya el enfoque en el control de costes y el crecimiento estructural a través de asociaciones.
Sin embargo, los analistas siguen siendo críticos debido al aumento de la carga de la deuda y los costes de intereses asociados, que podrían obstaculizar el camino hacia la rentabilidad estructural.