El gigante de la moda rápida Shein ha solicitado su salida a bolsa en Hong Kong, después de que sus anteriores intentos en Estados Unidos y el Reino Unido quedaran en nada. Sin embargo, todavía puede haber una pega…
Acelerar el crecimiento
Con la OPV, Shein pretende acelerar su crecimiento internacional y ampliar su cuota de mercado, según informa el Financial Times. Para ello, Shein necesita una gran cantidad de dinero, entre otras cosas porque quiere trasladar una (gran) parte de su producción a Vietnam.
Sin embargo, también hay un segundo motivo: según algunas fuentes, Shein podría seguir aferrándose a la cotización en Londres. La solicitud en Hong Kong serviría entonces posiblemente para presionar a las autoridades británicas a fin de que se muestren indulgentes, pero la empresa podría plantearse efectivamente salir a bolsa en ambos lugares. Sin embargo, los reguladores chinos aún no han dado su aprobación al respecto.
La plataforma de moda rápida ha sido muy controvertida desde sus inicios: no sólo porque los precios bajísimos hacen casi imposible la competencia europea, sino también porque muchas organizaciones plantean dudas sobre el proceso de producción. Las cuestiones sobre el destino de los uigures han pasado a menudo a un segundo plano últimamente, pero no así las relativas a la seguridad y las prácticas comerciales de la empresa. Precisamente la semana pasada, Shein recibió en Francia una multa récord de cuarenta millones de euros por este motivo.
Jabón
La salida a bolsa de Shein se ha convertido en todo un culebrón: en noviembre de 2023 presentó su candidatura para cotizar en Nueva York, pero en febrero del año pasado abandonó esa vía para intentarlo en Londres. En aquel momento, el rumor era que las autoridades estadounidenses hacían demasiadas preguntas difíciles.
Sin embargo, ese cambio no dio suficientes resultados, ya que un año después, la valoración de la empresa ya se había reducido a la mitad tras la toma de posesión de Donald Trump en Estados Unidos. En mayo de 2025, siguió el anuncio del tercer intento, esta vez en la bolsa de Hong Kong: ni siquiera en Londres los reguladores estaban dispuestos a dar luz verde, según se informó.