Krëfel vio aumentar las pérdidas en 2024 y la cadena belga también admite ser pesimista respecto a 2025. Sin embargo, la dirección y los sindicatos dicen que hay esperanza para el futuro, si se da el tiempo necesario al minorista de electrónica.
¿Aún no es lo bastante grande?
Los ingresos disminuyeron ligeramente hasta 432,7 millones de euros el año pasado, pero sus pérdidas fueron aún más preocupantes: las pérdidas de explotación aumentaron un 6 %, hasta 26,7 millones de euros, mientras que las pérdidas netas crecieron una cuarta parte, hasta 29,3 millones de euros. Además, los fondos propios están sometidos a una gran presión debido a los años de pérdidas, ya que han caído de 33,5 millones a sólo 4,1 millones de euros. La deuda también sigue aumentando.
En 2019, Krëfel fue adquirida por el holding United.b de la familia Mulliez, propietaria también de las cadenas de electrónica Boulanger y Electro Dépot. A pesar de estas nuevas economías de escala, el jugador belga parece seguir siendo demasiado pequeño para enfrentarse realmente a gigantes como MediaMarkt y Fnac Darty (Vanden Borre en Bélgica), según ha podido saber el diario belga De Tijd de fuentes internas.
Krëfel ya había anunciado que cerraría sus propias tiendas de cocinas, pero entretanto también ha cerrado un centro de distribución y su filial Tones. Otras cuatro tiendas de electrónica cerrarán este año.
No obstante, el sindicato ACV considera que estas reorganizaciones son favorables: al igual que el director general Jonathan De Nys, el sindicato cree que se necesita tiempo y concentración para que el barco recupere el rumbo. Aun así, el propio informe anual afirma que la empresa mira hacia 2025 con pesimismo, sobre todo debido a la situación política y económica mundial.