La cadena de moda francesa Jennyfer, que no salió de un procedimiento de protección hasta el año pasado, va a solicitar la liquidación forzosa. El minorista no puede hacer frente a la competencia internacional.
El reposicionamiento no funcionó
Jennyfer había salido del procedimiento de protección en junio de 2024 con un nuevo accionista y un nuevo consejo de administración. El director general, Yann Pasco, quería reposicionar la marca centrándose en el grupo objetivo de niñas y jóvenes de entre 10 y 25 años. El año pasado anuló un cambio de nombre anterior, que pasó a llamarse Don’t call me Jennyfer, pero fue en vano.
«La explosión de los costes, la disminución del poder adquisitivo, los cambios en el mercado textil y una competencia internacional cada vez más agresiva han hecho insostenible el modelo de negocio», declaró la empresa a la agencia de noticias francesa AFP. El minorista seguía teniendo 220 tiendas en Francia y 80 a escala internacional, con unas ventas anuales de unos 250 millones de euros el año pasado. Con la quiebra se pierden casi mil puestos de trabajo.