Un mes después de la quiebra de su matriz alemana, la belga Gerry Weber cierra también sus 24 tiendas. No ha sido una sorpresa: al igual que su homóloga alemana, la filial neerlandesa también se había declarado en quiebra.
Problemas a largo plazo
Tras la quiebra de varias de sus empresas alemanas a finales del mes pasado, era sólo cuestión de tiempo que las demás sucursales también quebraran. La filial holandesa lo hizo a finales de marzo, y ahora le sigue la belga, según informó ayer Het Laatste Nieuws.
Gerry Weber llevaba tiempo luchando contra unos resultados decepcionantes y tuvo que declararse insolvente en 2019. La empresa logró salir de ese procedimiento al cabo de ocho meses, justo antes del estallido de la pandemia de Covid-19. Apenas tres años después, la cadena volvió a declararse insolvente y tuvo que cerrar gran parte de sus tiendas alemanas.
Dos años más tarde, se produce una nueva quiebra de las sucursales alemana, neerlandesa y ahora también belga. Mientras que el conservador neerlandés seguía siendo optimista en cuanto al interés por las 38 tiendas y, por tanto, las mantuvo abiertas, no parece ser tanto el caso de las sucursales belgas.