A principios del próximo año, Cora cerrará los siete últimos hipermercados que le quedaban. Mitiska REIM se hará cargo de los activos inmobiliarios, según ha anunciado esta mañana su propietario, Louis Delhaize Group.
No hay recuperación posible
«A pesar de todos nuestros esfuerzos y de las medidas adoptadas para revertir la situación, los resultados siguen siendo demasiado débiles, habida cuenta de la crisis que atraviesa el sector minorista belga. Además, las previsiones económicas futuras indican que la recuperación a corto o medio plazo ya no es factible.» Así confirmaba oficialmente la dirección de Cora el fin de sus operaciones en Bélgica.
La noticia no es ninguna sorpresa: Cora lleva años luchando contra unos resultados financieros decepcionantes y la cadena ha sufrido un largo declive, pasando de ser una cadena internacional a sólo siete hipermercados restantes, todos en Bélgica. Además, muchos analistas consideran que el propio formato de hipermercado ha quedado obsoleto en un sector minorista que ahora prioriza la proximidad, la comodidad, la eficiencia operativa y los canales digitales. En un panorama de la distribución alimentaria marcado por una competencia creciente, el hipermercado tradicional parece haber llegado al final de su ciclo de vida.
Al igual que Cora, el grupo Louis Delhaize está reduciendo rápidamente su participación en el comercio minorista. El año pasado vendió Delitraiteur y varios establecimientos Match y Smatch a Colruyt Group, mientras que Delhaize se hizo cargo de las tiendas de barrio Louis Delhaize. Las últimas operaciones de Cora también se vendieron a Carrefour (Francia y Rumanía) y E.Leclerc (Luxemburgo).
Centros a repartir
Louis Delhaize aún había inyectado treinta millones de euros de nuevo capital en Cora a finales del año pasado para proporcionar un alivio temporal, pero eso era sólo para ganar tiempo tratando de encontrar compradores potenciales. Sin embargo, «nadie manifestó interés en adquirir hipermercados integrados», reconoce ahora la empresa. Los 1.779 empleados podrían enfrentarse a un despido colectivo, a la espera del resultado de las negociaciones sociales que se han iniciado ahora. Mientras tanto, las tiendas seguirán abiertas.
Mitiska REIM ha comprado los inmuebles que rodean los hipermercados y tiene previsto subdividirlos en pequeñas unidades comerciales para arrendarlas. «Esto permitirá que los centros comerciales sigan funcionando», declaró la empresa. Tampoco ha sido una sorpresa: la división de los grandes hipermercados en espacios comerciales más pequeños se había considerado el resultado más probable desde el principio.