El gigante lácteo holandés FrieslandCampina ha decidido vender sus operaciones en Rumanía al grupo húngaro Bonafarm. El grupo lácteo se retira así de Rumanía, a pesar de su fuerte posición en el mercado local.
Sinergias limitadas
FrieslandCampina espera completar la transferencia, que aún requiere la aprobación de las autoridades rumanas de competencia, a finales de diciembre. Los detalles financieros no han sido revelados oficialmente, pero se dice que el acuerdo está valorado entre sesenta y setenta millones de euros. La venta incluye dos centros de producción, en Cluj-Napoca y Târgu Mureș, y unos 400 empleados.
Aunque FrieslandCampina es líder de mercado en Rumanía y tiene una marca fuerte con Napolact, no ve suficiente alineación estratégica con sus otras actividades. El grupo quiere centrarse en mercados con mayor valor añadido y en los que pueda aprovechar mejor la leche de sus ganaderos miembros.
Bonafarm es una de las mayores explotaciones agrícolas de Europa Central. Tiene intención de invertir en ampliar su capacidad y reforzar sus relaciones comerciales. Hace tiempo que circulan rumores sobre una posible venta: incluso Danone habría manifestado su interés, según el diario económico rumano Ziarul Financiar, pero finalmente Bonafarm salió ganando.