En el marco de una investigación sobre un presunto fraude con agua mineral, las autoridades francesas registraron ayer la sede de Nestlé cerca de París. El fabricante afirma que está cooperando con la investigación.
«Fraude a gran escala
El año pasado estalló un escándalo por la manipulación indebida de agua mineral natural. Nestlé supuestamente trató el agua de manantial contaminada de Contrex, Hépar, Perrier y Vittel con microfiltración, filtros de carbón activado y filtros ultravioleta, para «garantizar la seguridad de los consumidores». Sin embargo, esos tratamientos no están permitidos en las aguas minerales, y el organismo independiente de vigilancia alimentaria Foodwatch presentó una denuncia.
En el marco de la investigación, la Dirección General de Competencia, Protección de los Consumidores y Represión del Fraude (DGCCRF) ha ordenado ahora el registro de la sede francesa de Nestlé en Issy-les-Moulineaux. Nestlé Waters ha confirmado los registros y afirma que sigue cooperando plenamente con las autoridades, según ha declarado la empresa a la agencia de noticias francesa AFP. En abril, el consejero delegado Laurent Freixe expresó su «pesar» ante una comisión de investigación parlamentaria y afirmó que Nestlé Waters había hecho todo lo posible para poner fin a estas prácticas.
Sin embargo, Foodwatch habla de «fraude a gran escala» y exige que se aclaren las responsabilidades de la empresa y de las autoridades reguladoras: «Cuando las empresas mundiales se salen con la suya engañando a los consumidores, se socavan los cimientos de la normativa sobre seguridad alimentaria», afirma la organización.