Coca-Cola vende menos refrescos, ya que la incertidumbre económica pesa sobre la confianza de los consumidores. La fuerte demanda en Europa compensa los descensos en el resto del mundo. El fabricante también ha admitido que reintroducirá una versión con azúcar de caña en Estados Unidos.
Volúmenes decrecientes
Las ventas mundiales de Coca-Cola aumentaron un 1%, hasta 12.620 millones de dólares (11.000 millones de euros), en el segundo trimestre del presente ejercicio, pero sus volúmenes cayeron en todas las regiones, salvo en EMEA (Europa, Oriente Medio y África). La incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas lastraron la confianza de los consumidores, lo que perjudicó a las ventas en algunos mercados, admitió la empresa. El beneficio neto aumentó de 2.410 millones a 3.810 millones de dólares (3.200 millones de euros).
El volumen de refrescos bajó un 1%, mientras que la división de zumos, lácteos y bebidas vegetales lo hizo un 4%. El segmento de agua, deportes, café y té registró un volumen plano, ya que el crecimiento del café compensó el descenso de las bebidas deportivas. Para el conjunto del año, la multinacional espera un crecimiento orgánico de las ventas de entre el 5 % y el 6 %.
Tras la demanda de Trump
Coca-Cola también ha admitido que está estudiando (re)introducir en Estados Unidos este otoño una versión de su refresco de cola elaborada con azúcar de caña. La empresa lleva utilizando jarabe de maíz (más barato) para endulzar sus refrescos en EE.UU. desde la década de 1980, pero afirma que ahora quiere complementar su cartera y ofrecer más opciones para diferentes ocasiones y preferencias.
La noticia llega después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, insistiera en que Coca-Cola volviera a utilizar azúcar de caña también en Estados Unidos. El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr, también se había pronunciado en contra del uso de jarabe de maíz, responsable, según él, de la obesidad y las enfermedades crónicas.