El año pasado, la Inspección Económica belga comprobó que 469 supermercados cumplían la obligación de etiquetar las frutas, verduras y carnes frescas con el país de origen. La mitad de ellos incumplían la normativa.
«Transparencia insuficiente
La investigación, realizada entre marzo y diciembre de 2024, se centró en frutas y verduras (vendidas a granel o preenvasadas) y carne de porcino, ovino, caprino, vacuno y aves de corral (fresca, refrigerada o congelada). 235 supermercados -algo más de la mitad- infringieron la normativa. «Esto demuestra que aún no hay suficiente transparencia para los consumidores sobre el origen de los productos», afirmó el Servicio Público Federal (SPF) de Economía en un comunicado.
En total, el SPF Economía detectó 596 infracciones, lo que supone una media de 2,5 infracciones por empresa. Esto dio lugar a 111 advertencias y 150 informes con propuesta de acuerdo administrativo o sanción. Esto significa que varias empresas recibieron varias advertencias o informes, porque infringieron varias leyes.
Prácticas desleales
La mayoría de las infracciones estaban relacionadas con la denominación de origen de frutas y hortalizas (253 infracciones, es decir, el 42,45%). En 158 casos (aproximadamente un tercio), no se indicaba en absoluto el origen. Cuando estaba presente, a menudo era ilegible, ambiguo o estaba mal colocado, especialmente en el caso de los productos vendidos a granel.
Por ejemplo, las frutas y verduras se presentaban en cajas genéricas en las que no se mencionaba el origen, o el comerciante reutilizaba cajas viejas con etiquetas obsoletas. El estudio también menciona el doble origen: los clientes pueden ser inducidos a error si se exhiben banderas belgas en un estante donde se venden principalmente productos extranjeros. Esto puede considerarse una práctica comercial desleal.
Declaraciones engañosas
Uno de cada cinco casos (20,90 %) de etiquetas en carne preenvasada no cumplía la legislación europea: el comunicado cita entre las infracciones más comunes la ausencia del país de cría o sacrificio del animal, el uso de indicaciones engañosas (como banderas belgas en carne importada) o abreviaturas técnicas incomprensibles o ambiguas en las etiquetas.
«Es un derecho fundamental de los consumidores ver una indicación clara del país de origen en la etiqueta. Estos resultados muestran que queda mucho trabajo por hacer para garantizar la transparencia, combatir las prácticas engañosas y asegurar una competencia leal para nuestros productores belgas. Por ello, la Inspección Económica de Economía FPS seguirá vigilando esta cuestión», declaró la portavoz de Economía FPS, Lien Meurisse.