A partir de este otoño, Lidl Bélgica iniciará la transición gradual de su flota de vehículos comerciales a totalmente eléctricos, un objetivo que pretende alcanzar para 2030. La transición es un paso más en su estrategia de sostenibilidad «Net Zero 2050».
Reacción positiva
La elección de vehículos eléctricos debería suponer una reducción de 22.830 toneladas de CO2 de aquí a 2030. Desde abril, los empleados han evaluado la gama de coches totalmente eléctricos en cuanto a comodidad, experiencia de conducción, autonomía y recarga. La respuesta es positiva: una movilidad más sostenible, sin comprometer la experiencia del usuario, informa el minorista. La transición a la electricidad forma parte de un planteamiento más amplio: en 2050, la cadena de descuento será neutra en emisiones de carbono.
La empresa lleva invirtiendo en infraestructura de recarga desde 2016: en la actualidad, ya se han instalado más de 500 puntos de recarga en aparcamientos de tiendas de Bélgica y Luxemburgo. Además, la cadena de supermercados cuenta con más de 150 puntos de recarga para empleados en su sede central y oficinas regionales.