A pesar de ganar cuota de mercado, Lidl volvió a no obtener beneficios en Bélgica el año pasado. La cadena de descuento está ahorrando, pero también quiere seguir invirtiendo en expansión.
Alemania amplió el capital
La facturación de Lidl en Bélgica aumentó un 3%, hasta 3.240 millones de euros, el pasado ejercicio. Ese crecimiento no fue suficiente para obtener beneficios: las pérdidas ascendieron a 31,1 millones de euros, frente a 29,1 millones un año antes. Por cada 100 euros de ingresos, Lidl pierde 0,94 euros, calculó De Standaard, que pudo hacerse con cifras internas. La pérdida de explotación fue de casi 12 millones de euros, lo que supone una mejora de 1,5 millones de euros.
Desde entonces, el discounter ha reducido a la mitad sus números rojos desde que en 2021 registrara pérdidas récord, pero hasta ahora no llega a los números negros, a pesar de los recortes en los costes operativos y el ligero crecimiento de la cuota de mercado. La central alemana amplió el capital de Lidl Bélgica en 50 millones el año pasado. Ese dinero es necesario si el minorista quiere alcanzar su ambición de tener ochenta tiendas netas más en Bélgica para 2038, a un ritmo de unas seis aperturas de tiendas al año.


