Debido al aumento de los impuestos sobre las bebidas azucaradas, Francia se ha convertido en un destino menos atractivo para la compra de alimentos. Las compras transfronterizas a los Países Bajos disminuyen aún más rápidamente. En cambio, cada vez más belgas compran en Luxemburgo y Alemania.
Bebidas más caras
Los belgas compran menos en los supermercados franceses: las compras transfronterizas en Francia han caído un 8,7 % en el segundo trimestre del año. Los descensos más acusados se registraron en las categorías de «café, té y cacao» (- 22 %), «leche, queso y huevos» (- 13,6 %) y «agua, refrescos y zumos» (- 12 %). Así lo indican las cifras comunicadas a La Libre por Fevia, la federación de la industria alimentaria belga. El descenso se debe en parte al aumento del impuesto sobre el azúcar en Francia, que se tradujo en un incremento de los precios del 9,1%.
Las compras transfronterizas en los Países Bajos registraron un descenso aún más acusado, del 11,5%. La guerra de precios entre Jumbo y Albert Heijn en Bélgica hace que los consumidores de este país ya no tengan que cruzar la frontera para beneficiarse de los «precios holandeses». Al mismo tiempo, las compras transfronterizas en Luxemburgo y Alemania aumentaron un 3,7 % durante el mismo periodo. El crecimiento más rápido (+ 32 %) correspondió a la categoría «agua, refrescos y zumos».
A pesar del reciente descenso, Francia sigue siendo con diferencia el mercado más importante para las compras transfronterizas, con 223 millones de euros de los 343 millones gastados por los compradores belgas al otro lado de la frontera en el primer semestre del año. Fevia teme que las compras transfronterizas vuelvan a aumentar tras la introducción de un nuevo impuesto de sostenibilidad en Bélgica.