Las tiendas web chinas desempeñan un papel clave en el fraude del IVA a gran escala, que costó a la Unión Europea más de trece mil millones de euros el año pasado. La Fiscalía Europea apunta a una falta de capacidad de control.
Enormes diferencias
En 2024, la UE perdió 13.150 millones de euros en ingresos por IVA no declarado, según el informe anual de la Fiscalía Europea (EPPO) publicado recientemente. Más de la mitad de ese perjuicio corresponde a Italia y Alemania (con 4 650 y 3 890 millones, respectivamente). Austria (735 millones) y Bélgica (611 millones) ocupan el tercer y cuarto lugar en la lista de ingresos por IVA dejados de percibir, mientras que gigantes europeos como Francia y España parecen muy poco representados, con 276 y 227 millones de perjuicios. Estonia, por su parte, no comunicó ningún perjuicio de IVA.
Especialmente en el caso de Bélgica, el comercio en línea procedente de China parece desempeñar un papel importante en esta evasión a gran escala. La enorme afluencia de paquetes dificulta un control eficaz: al aeropuerto de Bierset llegan cada noche hasta 200.000 paquetes procedentes de China. Los 3.200 funcionarios de aduanas belgas tuvieron que tramitar casi 500 millones de declaraciones de importación el año pasado. «La capacidad de la OEPP debe adaptarse a la realidad», señaló la Fiscal Europea Laura Kövesi. En su opinión, faltan investigadores especializados de la policía, las administraciones fiscales y las aduanas.
Mercado negro
El fraude en las importaciones adopta diversas formas: algunas organizaciones delictivas indican que los productos importados en Bélgica tienen como destino otro país europeo, lo que significa que deben pagar el IVA en ese segundo país. Sin embargo, luego no trasladan los productos allí, tras lo cual las mercancías -a menudo productos populares como auriculares, juguetes, ropa o iluminación LED- acaban en el mercado negro. El informe advierte de que el perjuicio no es sólo económico: estas prácticas también dan lugar a la entrada en los mercados europeos de productos de calidad inferior, a veces incluso francamente inseguros.
En otro caso, se importaron bicicletas eléctricas por componentes y luego se montaron en Europa, para eludir los elevados derechos antidumping que quieren impedir la venta de bicicletas eléctricas chinas a precios bajísimos.