La cadena británica de tiendas de descuento Poundland ha sido vendida por una cantidad simbólica al fondo de reestructuración estadounidense Gordon Brothers. Aunque el comprador ha prometido un préstamo de 80 millones de libras, hasta 200 tiendas corren el riesgo de cerrar.
Plan de reestructuración radical
La matriz polaca Pepco Group, propietaria de Poundland desde 2016, se retira tras un periodo de resultados decepcionantes y reorientación estratégica. El grupo se está distanciando del Reino Unido y quiere centrarse en una cartera de marcas más simple en Europa continental.
Gordon Brothers, el nuevo propietario, no pone sobre la mesa ninguna suma de adquisición, pero invierte 80 millones de libras (95 millones de euros) en la alicaída cadena. Parte de esa cantidad (30 millones de libras) es un préstamo existente, pero también habrá una nueva línea de crédito de 30 millones de libras. La cantidad restante servirá como capital circulante para un plan de reestructuración radical.
Todavía no ha habido anuncios oficiales, pero según los medios británicos, hasta 200 de las 825 tiendas británicas podrían cerrar. Al menos 20 tiendas ya han cerrado desde marzo. Otras cuatro cerrarán sus puertas este mes, entre ellas en Bristol y Flint.
Demasiada competencia
En el primer semestre del ejercicio, la facturación de Poundland cayó un 6,5%, hasta 830 millones de libras (980 millones de euros). El discounter, que hasta 2019 vendía todos los productos a un precio fijo de una libra, sufre la creciente competencia de discounters de alimentación como Aldi y Lidl, pero también de aspirantes online como Temu y Aliexpress. Sin embargo, Gordon Brothers cree que Poundland sigue siendo un actor esencial en las calles británicas.
Gordon Brothers está especializado en la compra y reestructuración de conceptos minoristas en dificultades. El inversor concede préstamos a los minoristas para que adquieran nuevas existencias o se reorganicen. En caso de quiebra, también se sitúa a la cabeza de la cola como acreedor. En 2024, por ejemplo, el fondo estadounidense prestó 35 millones de euros a la cadena holandesa Blokker, pero ese salvavidas resultó insuficiente.