Casa ya no existe: la cadena belga de interiorismo se ha declarado en quiebra. ¿Qué le ha pasado a una de las cadenas más conocidas de Bélgica? Un viaje a través de una década de señales preocupantes, estrategias esperanzadoras y un doloroso golpe…
CEO: «Los tres últimos años
«En los tres últimos años, los costes salariales han aumentado un 20%«, explica Vincent Nolf a VRT Nws sobre las dificultades actuales del mercado minorista. Si un minorista no consigue aumentar sus ventas, este aumento de los costes sólo puede acabar en una fatalidad, como demuestra Casa (*). La cadena ya no podía hacer frente a sus deudas y la reorganización judicial del pasado otoño no dio suficientes resultados.
Nolf dice que mantuvo conversaciones con las partes interesadas (en un momento dado hubo doce) sobre un reinicio total o parcial, pero no pudo encontrar una salida fructífera. No es que tuviera demasiadas buenas bazas para negociar: es que hubo demasiadas dificultades financieras, planes de recuperación y cambios de propiedad en Casa durante los últimos diez años.
2017: preparándose para 2020
Casa formó parte del grupo holandés Blokker Holding durante muchos años, pero ya entonces sufría pérdidas estructurales. en 2017 se puso en marcha el plan estratégico «Casa 20.20», con el que se pretendía modernizar el concepto de tienda, integrar negocios omnicanal y hacer más eficiente la logística. Este plan dio lugar a un hito significativo: la apertura de un nuevo centro de distribución en Olen, cerca de Amberes, en 2017.
A pesar de estos esfuerzos, Casa siguió arrojando pérdidas. En 2018, la empresa sufrió una pérdida neta de 19 millones de euros sobre una facturación de 174 millones de euros. En enero de 2020, Blokker decidió inyectar otros 69,5 millones de euros para reforzar su posición financiera y mantener la confianza de los proveedores. Unos meses más tarde, sin embargo, cierto coronavirus llegó a Europa..
2020: no preparados para el uppercut
Al igual que para muchos minoristas, especialmente los que ya tenían una base débil, la pandemia fue un uppercut para Casa. Los cierres y la pérdida de confianza de los consumidores hicieron que la facturación cayera en picado y que la cadena solicitara la protección de sus acreedores. Aunque en aquel momento no hubo cierres de tiendas ni despidos, ya estaba claro que Casa estaba al borde del colapso financiero.
En abril de 2021, Blokker consiguió traspasar la cadena al fondo de inversión Globitas, conocido por reestructurar empresas en dificultades. Sin embargo, tampoco consiguieron que Casa fuera rentable a largo plazo. En 2022, Casa registró unas pérdidas de 4,5 millones de euros sobre una facturación de 289 millones de euros. De acuerdo, era una mejora notable en comparación con 2018, pero la cadena seguía sin estar ni cerca de obtener beneficios.
Mientras tanto, se intentó reforzar la empresa mediante una operación de venta y posterior arrendamiento del centro de distribución de Olen, que generó 57 millones de euros. Esto proporcionó un respiro financiero temporal, pero los problemas estructurales, como los elevados costes fijos y el débil rendimiento en línea, persistían.
2023: en busca de nuevas estrategias
En abril de 2023, Casa tuvo inesperadamente un nuevo director general: Vincent Nolf, antiguo CEO de Makro Bélgica, tomó el relevo de Giane Van Landuyt. Nolf quería transformar Casa en una cadena europea sostenible de diseño de interiores con una fuerte estrategia omnicanal, en línea con lo que el plan Casa 20.20 ya había intentado tantos años antes.
Sin embargo, los retos seguían acumulándose: el impacto de la guerra en Ucrania y la inflación hicieron que la confianza de los consumidores disminuyera aún más, mientras que los costes de las materias primas y la energía se disparaban. En junio de 2024, Casa lanzó una agresiva venta con descuentos de hasta el 70%, que debía liquidar existencias y permitir un nuevo reposicionamiento del concepto de tienda. También se encontró un nuevo inversor en AAS Retail, propiedad del empresario sueco-libanés Ayad Al-Saffar.
2024: la última oportunidad
La adquisición por parte de Al-Saffar duró muy poco: tras sólo dos meses, ya había vendido su participación al holandés Frank Pruijn, que colaboraba con Casa como director comercial. ¿El motivo? Al-Saffar se aficionó a la cadena belga de grandes almacenes Inno, lo que le hizo cambiar de orientación.
Mientras tanto, la cadena tomó algunas medidas drásticas, cerrando 45 tiendas en el extranjero. En Bélgica aún no se han producido cierres, pero en octubre de 2024, Casa volvió a solicitar protección judicial debido a sus persistentes problemas de liquidez, con la esperanza de que las fuertes ventas navideñas cambiaran la situación.
Sin embargo, los problemas financieros resultaron estar demasiado arraigados, lo que desembocó en la quiebra actual. La cadena de diseño de interiores es una más de las muchas que han quebrado en los últimos años debido a los cambios estructurales del mercado y a las dificultades económicas.
* Nota importante: técnicamente, sólo los servicios belgas de Casa se han declarado en quiebra por el momento. Sin embargo, debido a la dependencia de las sucursales extranjeras de Casa Logistics y Casa International, los analistas prevén que no podrán sobrevivir mucho tiempo por sí solas.