Boedapest, dinsdag, 10 juni 2025.
El auge de las plataformas de comercio electrónico chinas como Temu y Shein revela una transformación radical en el comportamiento de compra en línea. Los algoritmos ya no son meramente de apoyo, sino los arquitectos primarios de las elecciones de los consumidores. Mediante recomendaciones hiperdirigidas y mecanismos de impulso, se redefinen fundamentalmente los patrones de compra. Notablemente, en promedio, solo se usa siete veces un artículo de moda rápida antes de desecharlo, lo que indica un modelo de consumo insostenible. La innovación tecnológica va más allá de la pura transaccionalidad y crea un ecosistema manipulado donde los algoritmos, no los consumidores, tienen el verdadero poder de decisión.
Algoritmos como Poder de Decisión
La experiencia moderna de compra en línea está dominada por algoritmos avanzados que transforman fundamentalmente el comportamiento del consumidor. Las plataformas de comercio electrónico chinas como Temu y Shein han creado un nuevo paradigma donde las compras ya no están impulsadas únicamente por necesidades individuales, sino por una manipulación tecnológica sofisticada [1]. Los algoritmos analizan cada interacción del usuario – desde el comportamiento de clic hasta la velocidad de desplazamiento – para generar impulsos de compra hiperpersonalizados [2].
Patrones de Consumo en Transición
La investigación muestra que un artículo de moda rápida se usa en promedio solo 7 veces antes de ser desechado [1]. Esto apunta a un modelo de consumo insostenible donde los algoritmos incitan a los consumidores a compras excesivas e impulsivas. Aproximadamente el 25% de todas las transacciones en línea ocurren actualmente a través de plataformas de comercio electrónico, lo que subraya la creciente influencia de esta toma de decisiones algorítmica [3].
Impacto Ambiental del Marketing Algorítmico
Las consecuencias ecológicas de este consumo impulsado por algoritmos son significativas. La investigación de la startup de tecnología climática Vaayu revela que los usuarios han ahorrado 679 kilotones de emisiones de CO₂ en 2023 al comprar ropa de segunda mano [1]. Además, el 72% de los consumidores indica que compra menos ropa y el 36% presta más atención a las prendas existentes con miras a su reventa [1].