Adidas publicó el miércoles unos resultados mejores de lo esperado, pero sólo un día después anunció la supresión de 500 puestos de trabajo en su sede de Herzogenaurach. ¿Qué está ocurriendo?
«Reducir la complejidad»
A principios de año, Adidas anunció con orgullo que había superado con creces las expectativas de los analistas, con un aumento del 12 % en la facturación y un beneficio neto de 764 millones de euros. Un año antes, la empresa tuvo que admitir unas pérdidas de 75 millones de euros. Sin embargo, el Consejero Delegado, Bjørn Gulden, anunció prácticamente al mismo tiempo una medida muy controvertida: la supresión de 500 puestos de trabajo en la sede central del gigante de la ropa deportiva en Baviera como consecuencia de una reorganización.
El Consejero Delegado explicó que sentía la necesidad de simplificar los procesos y reducir la complejidad dentro de la empresa, y añadió que consideraba necesario que la empresa pudiera actuar con mayor rapidez mediante procesos descentralizados de toma de decisiones. Los empleados que trabajan en la sede alemana no pueden estimar correctamente qué productos irán bien, por ejemplo, en el mercado americano o chino, razona.
Gulden quiere centrarse en el crecimiento en Estados Unidos, aunque admite que la ventaja del líder del mercado, Nike, es probablemente demasiado grande para superarla. El CEO también se muestra cauto en sus previsiones debido a la incertidumbre sobre los aranceles a la importación. Sin embargo, también ve oportunidades en ellos, ya que sólo entre el 3% y el 4% de los productos de Adidas vendidos en Estados Unidos se fabrican en China, frente a una cifra mucho mayor en el caso de algunos de sus mayores rivales. Aun así, Gulden teme que la guerra comercial pueda provocar subidas de precios en otros países, lo que elevaría la inflación y tendría un impacto negativo en los volúmenes de ventas de Adidas.