Inter IKEA, propietaria de la marca IKEA, vio caer su resultado operativo un 26 % debido al aumento de los costes tras el anuncio de las tarifas estadounidenses. Las ventas se mantuvieron prácticamente estables, pero las ventas en tiendas volvieron a descender. Al mismo tiempo, los clientes compraron más volumen gracias a las rebajas de precios.
Descensos debido a la presión arancelaria y de precios
Inter IKEA, que abastece a las tiendas de todo el mundo, registró un beneficio operativo de 1700 millones de euros en el ejercicio fiscal que finalizó el 31 de agosto, frente a los 2300 millones de euros del año anterior. Las ventas descendieron ligeramente, de 26 500 millones a 26 300 millones de euros.
Los precios de las materias primas y los costes logísticos aumentaron en la segunda mitad del año debido a la incertidumbre relacionada con los anuncios arancelarios aleatorios de Estados Unidos. Las ventas mundiales en tiendas descendieron por segundo año consecutivo, hasta los 44 600 millones de euros. Aunque IKEA redujo los precios en general para atraer a más clientes, el aumento de los aranceles estadounidenses obligó a la empresa a subir los precios de algunos productos en Estados Unidos.
Producción más cerca del mercado
El proveedor de muebles lituano SBA abrió el mes pasado su primera fábrica en Estados Unidos para producir, entre otras cosas, estanterías Billy y muebles de almacenamiento Kallax para el mercado estadounidense y así eludir los aranceles punitivos.
Esa fábrica ya estaba prevista antes de que el presidente estadounidense Donald Trump aplicara sus subidas arancelarias, asegura el director financiero Henrik Elm, pero, dadas las tarifas de importación, «nos viene muy bien».


